miércoles, 26 de agosto de 2015

Cómo domesticar la lucha en un ERE para despedir amistosamente

En un artículo anterior,  detallamos “El fantástico negocio de los EREs amistosos . Bien, pero exactamente ¿qué es eso de los EREs amistosos y cómo puede garantizarse que las plantillas acepten con escaso ruido su destino?

La primera vez que oímos esa expresión fue pronunciada por el secretario de acción sindical de una de las más importantes federaciones de CCOO hace unos años. Y, ciertamente, resume muy bien el funcionamiento de este tipo de procesos: Tú haces como que aprietas y yo hago como que cedo. Tú vendes unas mejoras y yo despido a quienes quería a un coste razonable y asumible.
Queda fuera de este 'pacto entre caballeros' plantear la lucha fuera del terreno de juego del mal menor y, obviamente, se renuncia a un papel basado en una estrategia de fuerte presión y daño a la empresa para conseguir objetivos relevantes. Cuando acaba el proceso, la empresa abona 'gastos jurídicos' a los sindicatos pactistas. Win-win, excepto para los despedidos.
Aunque es extrapolable a otros sectores, vamos a poner la lupa en el sector TIC.
¿Y cómo lo hacen?
Basado en nuestra experiencia directa, y sin ánimo de ser exhaustivos pues en cada conflicto se producen cambios menores, el workflow básico que siguen los sindicatos de concertación es éste:
Las empresas que hacen EREs son habitualmente grandes o multinacionales y recurren a un puñado de bufetes especialistas en estos procesos (Garrigues, Sagardoy, Baker&McKenzie), que conocen perfectamente cómo conseguir que su cliente tenga el mínimo de problemas legales y sindicales. Los interlocutores de esas empresas suelen ser, también, los mismos: Dirigentes de las grandes federaciones de ciertos sindicatos.
En un ERE típico, esas federaciones reúnen a la sección sindical de la empresa en conflicto y se ofrecen para ayudar. Rápidamente pasan a influir y tutelar todo el proceso. Contra la presunción que se pueda tener, el papel de estos representantes se basa en dilatar la acción sindical y apostar por lo que ellos llaman 'negociar': Es decir, concretar 'cómo hacer el ERE', en lugar de combatirlo, marginando o descartando la movilización de la plantilla.
A veces hay afiliados que se dan cuenta de la encerrona y se enfrentan a sus federaciones, como el caso de UGT o USO en Indra pero normalmente la posición en la empresa es controlada por simple inacción de sus delegados.
Malditos sindicatos combativos, ¡Viva la unidad sindical!
Esta estrategia se basa en la infantilización e idiotización de los trabajadores. Se les trata desde una posición dominante, como expertos que se dirigen a personas incapaces de comprender lo que hábiles negociadores están realizando; todo por su bien. De esta forma la plantilla queda en una posición pasiva, como espectadores, fácilmente dominables y manipulables. La asamblea es un tabú. Y si se ha de hacer, informativa y desde posición de superioridad.
Si hay omertá, todo va como ruedas. Pero si en la empresa hay presencia de la CGT, u otros sindicatos que no compartan esa línea, rápidamente nos convertimos en un elemento a neutralizar. El método más habitual es la 'unidad sindical': Si la CGT propone una línea reivindicativa, rompe la unidad sindical. Si la CGT considera que sin presión vamos al desastre, está atacando la unidad sindical. Si la CGT convoca huelga a pesar de todo, se trata de un acto irresponsable que rompe la unidad sindical.
CCOO y UGT usan la 'unidad sindical' como sinónimo de 'veto sindical'. En su obsesión por evitar el conflicto exigen ir todos unidos hacia el desastre. Quién no lo comparte es entonces estigmatizado por romper una línea decidida por sus federaciones, a la que nos tenemos que someter el resto. Esta actitud daña, conscientemente, la capacidad y fuerza de la movilización.
En el caso reciente de Indra se llegó al paroxismo de deslegitimar una huelga convocada por CGT calificándola de 'ilegal' (mostrando, de paso, un bochornante desconocimiento jurídicopara unos días después comerse sus palabras y sumarse a ella debido a la presión de los trabajadores.
Este método de inducir a la duda ante una huelga es usado en otras ocasiones, como recientemente en el conflicto de Movistar. 
Boicotear una huelga es el acto más sencillo del mundo para un sindicato contrario a ella: sólo se ha de sembrar la división en el seno de la plantilla. Mediante falsa esperanza, derrotismo hacia el final y, siempre, dudas e incertidumbre.
El acto final
El epílogo de esta estrategia hemos podido comprobarlo por todo el sector TIC, 7 EREs en Capgemini, afiliados de CCOO-USO salvados de la quema en EREs de T-Systems mientras centenares pasaban por la quilla, despidos indecentes en Tecnocom , 205 despidos en el ERE de HP (entre ellos una prejubilación dorada con 48 años y un único traslado con excelentes condiciones para dos delegados de CCOO), Alten, Indra y tantas otras.
En Indra hemos tenido que soportar oir a representantes del sindicato STC justificar su firma porque 'así estamos en la comisión de seguimiento y podremos salvar a los nuestros' o de CCOO decir 'nosotros firmamos y ya denunciareis vosotros'.
Bueno, es una excelente noticia que hayas llegado aquí sin cortarte las venas o destrozar el PC con un hacha ante la indignación. Recuerda siempre que caer en el individualismo sería la guinda del pastel para las empresas; la respuesta es otra y tenemos noticias: Es posible defender la dignidad pese a las dificultades y salir victoriosos. Pero eso lo explicaremos en el siguiente artículo de este especial sobre EREs amistosos y colaboracionismo.
                                                                              Más información en Coordinadora_InformáticaCGT

lunes, 24 de agosto de 2015

EPA segundo trimestre 2015: Precariedad y precariedad

El Estado y las grandes Empresas productores de sufrimiento

El estado y las grandes Empresas (las del Ibex 35), parecen dar por bueno el modelo laboral y social que desde el 2008 impusieron a la mayoría social: despido libre y barato; destrucción del empleo fijo y con derechos; caída vertiginosa del gasto social en prestaciones de desempleo; vaciamiento del fondo de reserva de la Seguridad Social y desestabilización del sistema público de Seguridad Social; creación de empleo (temporal) precario y desnudo de derechos.
SECRETARIADO PERMANENTE DEL COMITÉ CONFEDERAL DE LA CGT
El PP ha generado leyes “superiores” a las implantadas por el PSOE desde el 2008 y, al final de su legislatura, ni tan siquiera ha logrado alcanzar las “cuotas de miseria” en las que nos dejó el PSOE: hay 300.000 personas paradas más que en el 2011 y han “logrado” rebajar las prestaciones de desempleo, es decir no pagarles ni “un euro”, a más de 700.000 personas. A 30 de junio 2015, el paro obligado, se sitúa en 5,2 millones de personas.
El empleo creado, más de 400.000 puestos de trabajo, ha seguido la pauta generada por este “modelo criminal de recuperación de la tasa de beneficios de los capitalistas”: solamente menos de 70.000 empleos generados han sido contratados por “tiempo indefinido” y no todos ellos a jornada completa precisamente. 
Es un empleo PRECARIOPRECARIO y desnudo de derechos, solo de obligación de “trabajar y trabajar temporalmente, hasta que el patrón quiera y con salarios que de hace 25 años”. Empleo temporal, que dispara la tasa de temporalidad hasta el 25% de la población ocupada, empleados/as en su mayoría en la “industria del turismo” y los Servicios, los cuales serán despedidos y despedidas, cuando “termine la temporada” y, percibirán (en el mejor de los casos) prestaciones de desempleo de 6 meses o menos, disminuyendo –aún más- el gasto en prestaciones de desempleo, para que el Estado y los grandes empresarios dediquen esos “dineros” al pago de una deuda “ilegítima, ilegal e indecente”.
Quieren (cada vez más) que veamos como “natural y normal” el hecho de mostrarnos los datos “macroeconómicos” como la única racionalidad: “crece el PIB y todos y todas contentos”. Que aumente la riqueza (crecimiento del PIB) significa ni más ni menos que, las personas trabajadoras “trabajamos más y producimos más”. 
Ahora bien, ese incremento de la “riqueza” se distribuye de manera absolutamente desigual: las grandes Empresas incrementan sus beneficios netos en un 35% sobre el semestre anterior y las rentas salariales, disminuyen un 0,5% en este mismo semestre. Los intereses de la “deuda ilegítima, ilegal e indecente” siguen creciendo y creciendo y los “acreedores” cada vez se llevan más parte de la riqueza social que producimos entre todos y todas. La cobertura de las personas desempleadas decrece dramáticamente y la Seguridad Social sigue en una escalada “suicida” de vaciamiento de su fondo de reserva, a la vez que de aportaciones empresariales (reducciones, exenciones, subvenciones) y con los salarios a la baja, de aportaciones de los trabajadores y trabajadoras.
¿Qué dicen los “grandes productores de sufrimiento y dolor” para la mayoría social? Pues sencillamente que “todo siga igual” y que hay que profundizar en las reformas del mercado de trabajo, que “vamos por el buen camino”.
Al igual que la deuda “pública” que nos han endosado por generaciones y generaciones, es ilegal, ilegítima e indecente, las políticas de Empresarios y el Estado y todo su sistema de “partidocracia”, son ilegítimas, indecentes y no reconocemos su legalidad.
                                                                            Más información en  www.cgt.es

El fantástico negocio de los EREs amistosos

Reforma laboral tras reforma laboral, los mecanismos de solución pacífica de conflictos laborales han sido laminados hasta casi su desaparición. Hacer hoy un despido colectivo, o una eliminación de condiciones laborales, es un simple procedimiento donde la Ley no pone apenas justificación o impedimento alguno a los deseos empresariales.
 
 
Cuando la Ley está del lado de una de las partes, es de pura lógica que sólo pueda equilibrarse la relación de fuerzas en una mesa de negociación mediante una mayor combatividad y contundencia en las movilizaciones y huelgas. Simplemente, porque las herramientas legales han sido destrozadas. Y esa es la apuesta, grosso modo, de la CGT y otros sindicatos.
 
Sin embargo nos encontramos una y otra vez con una actitud totalmente opuesta en la inmensa mayoría de los EREs con presencia del sindicalismo de concertación, especialmente CCOO y UGT.  Los representantes de las federaciones aterrizan de inmediato, repartiendo consignas de contemporización ydilación en las movilizaciones. A continuación empiezan a negociar las condiciones de los despidos, algo que ya es conocido aceptan las empresas sin mayor problema. Finalmente, se pone a votación el acuerdo cuando no hay plazo ante una plantilla derrumbada y resignada. 
 
En un escenario de desequilibrio de fuerzas, frenan toda propuesta de movilización firme, dividiendo a la plantilla, boicoteando movilizaciones de otros y firmando ERE tras ERE sin apenas ruido. ¿Por qué?
 
¿Recibe dinero CCOO y UGT por ERE pactado?
 
Que esos dos sindicatos recibían dinero en metálico de las empresas cuando firmaban un ERE era un secreto a voces. A veces algunos bufetes cometían el error de incluir los ‘honorarios’ en los acuerdos firmados, así pudo la CGT denunciarlo públicamente en varias ocasiones.
 
Aunque probablemente no hay una tarifa estipulada, diversas informaciones periodísticas lo tasan en hasta un 10% del coste por despido.
 
Obviamente algo así no es algo que se asuma abiertamente por ambos sindicatos. Hubo que esperar al escándalo de los EREs de Andalucía, donde se recogían diversos pagos realizados, para que el secretario general de CCOO lo reconociera públicamente: “Toxo aclaró que se facturan servicios, no se cobran “comisiones”, como entiende la instrucción judicial, y añadió que los gastos deben recaer sobre las empresas que presentan el ERE y no sobre los trabajadores y trabajadoras.” 
 
Y ya lo teníamos: CCOO y UGT alegan facturar ‘servicios jurídicos’ a las empresas para que no los paguen los trabajadores despedidos. En un ERE típico cualquier sindicato moviliza a uno o varios abogados, se realizan auditorías económicas de los datos proporcionados por la empresa y, si no hay acuerdo, se inicia un procedimiento judicial.
 
Es curioso que la CGT, un sindicato autofinanciado casi en su totalidad por las cuotas de sus afiliados, pueda hacer frente perfectamente a esos gastos sin cobrar ni a empresas ni trabajadores y los dos sindicatos mayoritarios de este país con múltiples vías de financiación no.
 
¿De cuánto dinero estamos hablando?
 
En la Coordinadora de Informática de CGT hemos sufrido hace pocas fechas la acción de estos sindicatos en INDRA, no vamos a extendernos demasiado sobre algo ya bastante conocido. 
 
En esta ocasión ni pusieron el preacuerdo a votación de la plantilla porque, en palabras de la abogada del bufete de Indra en la mesa de negociación “Nada de referéndums vista la experiencia en procesos anteriores”. Y es que la CGT tumbó hacía poco un ERE de 672 despidos en Atento por pucherazo de CCOO y UGT. Hasta este nivel llega la sumisión.
 
Las indemnizaciones por despido de personal informático con bastantes años de antigüedad y sueldos previos a la crisis/estafa suelen ser bastante elevados. Una previsión conservadora podría estar en una media de entre 40-50000€  por cada uno de los 1750 despidos. Haced vosotros mismos los cálculos de los ‘honorarios’ entregados según la información periodística existente por los ‘gastos’ en este ERE.
 
A continuación os indicamos un cuadro obtenido a partir de datos públicos del Ministerio de Empleo.www.empleo.gob.es/estadisticas/reg/welcome.htm 
 
 
Más de 250.000 despidos en 5 años en EREs pactados, la gran mayoría de ellos firmados por ambos sindicatos. Hablamos de una importantísima vía de entrada de dinero en unos momentos en que es conocido su problema en la caída de afiliación y recorte de otras vías de entrada financiera como presencia en consejos de administración, fondos de formación o subvenciones varias.
 
Nos gustaría poder detallar a cuánto ascienden las facturas por EREs pactados, pero esa información no está disponible, esperamos la publiquen al detalle algún día...Bueno, en realidad no esperamos que lo hagan (la verdad.)
 
¿Y qué puede hacerse?
 
Si has llegado hasta aquí y por tu cabeza se cruza la idea “todos son unos vendidos, mejor paso de todo”, tenemos una noticia: el Sr. Don Emilio Botín Sanz de Satuola se retuerce de placer en el infierno al oírlo.
 
Los y las trabajadoras estamos acabados si dejamos que esta dinámica perversa siga destrozando, no sólo nuestros derechos laborales sino también la vida de la que dependen. En las empresas, en el sector, en la sociedad, desde CGT y otros sindicatos libramos una doble batalla: contra el habitual enemigo que nos lo quiere arrebatar todo y contra aquellos estómagos agradecidos que trabajan para reventar tu oposición desde dentro.
 
No es el mensaje antisindical y aislado la respuesta, (¡qué más quisieran los que mandan!), sino ir al sindicato que plante cara con el que más te sientas identificado para fortalecerlo. O les botamos de todas las esferas de colaboración o acabaremos comiendo miseria, sin salir jamás de ella. Es así de sencillo, si no nos reagrupamos vamos al matadero con las manos atadas.

                                                                 Más información en Coordinadora_InformáticaCGT

jueves, 20 de agosto de 2015

La canción del verano 2015


En este verano sin grandes hits musicales, para nosotros el título de canción del verano en Capgemini tendría que recaer en canciones del pasado, bien podría ser la famosa “El Chiringuito” o tal vez la clásica canción mexicana “El Rey”.

En los dos últimos meses, la empresa ha continuado con la ejecución de los despidos por el ERE que aún no ha acabado, en algunos casos incluso a costa de perder volumen de negocio y empeorando la relación con el cliente. Todavía quedan personas que desconocen si finalmente van a ser o no despedidos y en qué fecha, algo que nos parece inaceptable e indicador del poco respeto que tiene la Dirección de esta empresa por las personas afectadas.

Además, imaginamos que “en línea” con el objetivo del plan de transformación de reducir gestión y estructura, en las últimas semanas se han contratado varios grados D y E, y como ya nos anunciaron en un comunicado, también hay un nuevo CFO para una de las unidades.

En esta misma “línea” también ha habido promociones de categoría entre los grados altos, seguramente todo ello encaminado a optimizar la pirámide y los costes de la empresa. Siempre hemos defendido que la promoción interna es muy necesaria en esta empresa, pero si hay un problema con el volumen de gestores en la empresa, ¿así se soluciona?

Si hace un año os informábamos de la reunión mantenida con la empresa y el, en aquel momento, nuevo CEO para ver los resultados del primer semestre del año, este verano la empresa no ha compartido los resultados del primer semestre con nosotros todavía. Parece que la empresa vuelve a las andadas, no facilitando a los representantes de los trabajadores la información sobre el estado de la Compañía ni las previsiones para el próximo semestre. Pero estemos todos tranquilos, ¿para qué queremos saber cómo va la empresa si hay firmada una garantía de empleo de tres años?

Desde luego que con tanto Rey en este Chiringuito, no nos queda otra que cantar “Si yo tuviera una escoba….” 

CGT, otra forma de hacer sindicalismo es posible.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Conoce tus derechos: #GrabaAlJefe

A lo largo de nuestra vida laboral tendremos muchas conversaciones con nuestros jefes, y más de una vez puede surgir algún “mal entendido” que nos suponga un problema en nuestra trayectoria profesional.
Por ello os trasmitimos una serie de recomendaciones de autodefensa laboral que consisten básicamente en ejercer tu derechoa grabar la conversación con tu jefe cuanto te llame a un despacho:

·         Dar al REC te ayuda a sentir menos indefensión en        una situación en la que eres la parte más débil.

·        Grabar la conversación con el jefe es legal siempre         que tú participes y no se hable de temas personales.

·         Si se da cuenta y no quiere que le grabes, fin de la         conversación. Lo que te quiera decir, por escrito.

·         Si llega a amenazarte o insultarte y está todo                grabado, tu jefe puede tener un problema  e incluso         perder su puesto de trabajo.

·         Recuerda, borrar una grabación inútil es fácil. Registrar una grabación que no has hecho, imposible.

·         Si tu jefe teme que le grabes es porque muy legal no debe de ser lo que te quiere decir. Estás en tu derecho.       Si no quiere que le grabes, que te informe por escrito o por burofax lo que te quiera contar.


No te fíes de quien no quiere que queden pruebas. Grábate, grábalo.

Recuerda que es legal y vale como prueba en un juicio aunque el jefe no sepa ni autorice a que le grabes
CGT, otra forma de hacer sindicalismo es posible.

Los juzgados de lo Social tardan hasta tres años en solucionar un despido

La cola para entrar en los juzgados de lo social de Madrid o para coger el ascensor es solo un reflejo de la saturación que sufren estos tribunales y que afecta a asuntos urgentes.


En Madrid, los juicios de asuntos "perentorios" pueden señalarse a un año vista, y en Sevilla llegan a 2017 e incluso 2019.



Exterior de los Juzgados de lo Social. MARTA JARA
Exterior de los Juzgados de lo Social. MARTA JARA

Pasan unos minutos de las nueve de la mañana. En una esquina de la conocida como plaza de los cubos de Madrid, la gente se acumula a las puertas de los juzgados de los Social: hay clientes que esperan a sus abogados, abogados que apuran sus cigarros antes de entrar en el edificio, jueces y secretarios judiciales que llegan cargados de carpetas o que arrastran pequeñas maletas llenas de documentación. Hay cola para entrar en el edificio e incluso para coger el ascensor. Solo en un día, en estos juzgados pueden celebrarse más de 280 juicios que a veces, si hay suerte, quedarán en actos de conciliación.

A las diez menos cuarto de la mañana, el magistrado Antonio Seoane comienza la sesión en el juzgado número 34 del que es titular. El primer caso del día es un clásico de la crisis, dice Seoane. Es una demanda de despido, el trabajador y su abogada comparecen pero la empresa no se presenta porque ha desaparecido. Al trabajador le adeuda 1.116 euros, una cantidad que, con toda probabilidad, acabará pagando el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa). "Cuando la empresa ha desaparecido la citamos, además de por correo, por el Boletín Oficial del Estado. Normalmente acaba pagando el Fogasa, pero a veces se le encuentran bienes para que afronte sus deudas", aclara el juez.

Si no es así, y la empresa no puede pagar, los trabajadores necesitan la sentencia para poder acudir al Fogasa a reclamar su dinero. En este caso, Tomás (nombre ficticio) lleva esperando diez meses este juicio y hoy sus temblores denotan nerviosismo. En pocos días, su sentencia estará lista. Si el juez le da la razón, comenzará otro proceso, esta vez en el Fondo de Garantía Salarial, que durará otros tantos meses. Es por eso que, dice el magistrado, la saturación de los juzgados de lo social afecta a "asuntos perentorios" de los que llega a depender el sustento de la gente.

Este caso es uno de los doce que el juzgado número 34 tiene programados para hoy, una carga de trabajo nada despreciable pero que en el auge de la crisis llegó a ser de veinte diarios y, más tarde, de dieciocho. "Aquí hay juzgados que aún señalan dieciséis o dieciocho, nosotros ya hemos bajado. Además, a veces quieres señalar mucho pero eso te supone una carga de trabajo que no te permite llevar los asuntos al día", explica el juez.

Cola para entrar a los Juzgados de lo Social de Madrid. MARTA JARA
Cola para entrar a los Juzgados de lo Social de Madrid. MARTA JARA

El año pasado pasaron 1.400 casos por su juzgado. Este año ya van ochocientos. "Son, sobre todo, despidos. Era así al principio de la crisis y lo sigue siendo ahora". Los datos confirman que lo que sucede en el juzgado número 34 de Madrid no es una excepción, sino la norma: la media de asuntos por juzgado de lo social es, en lo que va de año, de 687,4 y la gran mayoría son despidos.

Hay, eso sí, una diferencia respecto al comienzo de la crisis. "Antes eran sobre todo despidos improcedentes, ahora son más despidos objetivos", señala Seoane. Una diferencia que cuesta no relacionar con la última reforma laboral, que facilitó los despidos por causas económicas, pero que ha causado una gran litigiosidad: desde su aprobación, las empresas los usan con más frecuencia y son los juzgados de lo social los que han marcado los límites de una norma que muchas empresas han aplicado de forma desmedida.

El efecto de la crisis

Los datos del Consejo del Poder Judicial muestran el efecto de la crisis en los juzgados de lo social: solo el número de despidos que llegan a los tribunales se ha duplicado. En 2007, eran 66.249, una cifra que creció un 55,4% solo en un año: en 2008 eran ya 102.925. El punto álgido fue en 2012, con 147.404, y el año pasado bajó hasta los 118.213 despidos.

Algunas provincias están especialmente saturadas, como Madrid, Barcelona o Sevilla. En la capital andaluza algunos juzgados están señalando juicios para 2017 e incluso para 2019 en el caso de asuntos no considerados urgentes. En 2014, sus once juzgados de lo social tramitaron 48.30 despidos frente a los 2.425 de 2007. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía aprobó en mayo reforzarlos con dos jueces ante una situación "crítica", como la definió el decano.

"Hubo una época en la que los juicios se señalaban en veinte días o un mes, antes de la crisis, claro", dice el juez Antonio Seoane en el pasillo del juzgado mientras su secretario judicial preside un acto de conciliación. Un trabajador demandó a su empresa por acoso y despido improcedente. El abogado de la empresa, junto a una de las dueñas, defiende que se trató de un despido disciplinario. Después de varios tiras y aflojas, el secretario judicial logra un acuerdo sobre la indemnización y zanja el tema. "Si veo que dudan les mando cinco minutos al pasillo para que hablen y acaben de decidirse", dice. En el descansillo, letrados y clientes discuten y cierran los acuerdos.

El juez Antonio Seoane hablando con un grupo de trabajadores. MARTA JARA
El juez Antonio Seoane hablando con un grupo de trabajadores. MARTA JARA

Al final de la mañana, de los doce casos programados solo tres han llegado a juicio y en solo uno de ellos se ha presentado la parte empresarial. "Tenemos suerte de conciliar mucho, el secretario judicial es un gran experto y eso me ahorra mucho trabajo", explica Seoane. Las jornadas de juicios ocupan solo dos días de su agenda semanal, pero el resto del tiempo sirve para atender la marcha diaria del juzgado, hacer trámites, estudiar los casos o dictar sentencias.


Uno de los asuntos del día, un despido colectivo, ha tenido que aplazarse. La siguiente fecha disponible desanima a los afectados: febrero de 2016.