viernes, 5 de agosto de 2016

Sabemos tanto del cáncer laboral que deberíamos poder prevenirlo mucho más

Manolis Kogevinas es uno de los epidemiólogos, residente en España, que más ha estudiado la exposición laboral a cancerígenos. Ya en 2005 colaboró con ISTAS dirigiendo un estudio pionero que estimaba los casos de cáncer laboral en España y ponía cifras al escandaloso subregistro existente. En la actualidad es codirector del Centro de Investigación de Epidemiología Ambiental (CREAL), centro aliado de ISGlobal, pionero en la investigación de las causas medioambientales de la enfermedad. pEx podía haberle entrevistado en cualquier momento de la última década, pues su trabajo ha sido clave en la visualización del cáncer laboral en España, pero lo hacemos ahora atraídos por su último trabajo con Consol Serra y Anastasia Maltseva sobre los casos de cáncer de vejiga en una fundición de aluminio ubicada en el municipio barcelonés de Santa Margarida i Monjós.
Ocupational Medicine acaba de publicar una investigación en la que ustedes muestran la relación entre la antigua fundición de AGMA y el cáncer de vejiga de sus trabajadores. ¿Puede explicarnos en qué ha consistido el trabajo?
Muchos de los habitantes del pueblo trabajaban en esta fábrica que ya hace años que está cerrada. Entre la sociedad civil y los trabajadores había la sospecha de que existía un vínculo entre la fábrica y la mortalidad por cáncer. Esto pasa muchas veces, y después haces una investigación y los datos no son concluyentes porque la mortalidad por cáncer es elevada en la población española, un tercio de las muertes no traumáticas, es decir, que hay bastantes casos de cáncer en cualquier entorno. Sin embargo, parecía que había algo más en este caso y con Consol Serra, que dirige el Centro de Investigación de Salud Laboral de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), y Anastasia Maltseva, una de las estudiantes del Máster de Salud Laboral de la UPF, planteamos esta investigación. Localizando a todos los trabajadores de la fundición en el municipio hemos podido construir la cohorte, aproximadamente de unos 100 trabajadores. Hemos comparado su mortalidad y la incidencia del cáncer de vejiga con las de la población en general y hemos encontrado que la incidencia es tres veces superior, y la mortalidad, seis veces superior a la existente en la población en general. Este aumento del cáncer de vejiga no se puede explicar por el tabaquismo, que es el primer argumento que se suele utilizar desde la industria, se dice: “los trabajadores fuman más que la población en general”. Eso es cierto, pero calculamos el efecto del tabaco y podía explicar una parte muy pequeña del aumento de la incidencia y la mortalidad por cáncer de vejiga. La explicación más probable de estas cifras inusualmente altas es la exposición a cancerígenos en el trabajo.
¿El cáncer de vejiga es uno de los primeros que se asociaron, junto con el amianto, a exposiciones en el trabajo?
Sí. Las aminas aromáticas que se utilizaban en muchas industrias como las del caucho o tintes han provocado exposiciones tremendas. Por ejemplo, antes de 1950, nos encontramos con departamentos enteros, lugares donde todos los trabajadores se veían afectados por cáncer de vejiga. En la actualidad, en Europa, la exposición a muchas aminas aromáticas se ha limitado, pero tenemos exposición a hidrocarburos poliaromáticos en muchas industrias, o como ocurre con la fundición secundaria de aluminio, que es el caso de AGMA, una exposición combinada a cancerígenos que resulta ser mortal como la inhalación de sílice, potasio, magnesio, cobre, hierro y titanio o la exposición a disolventes. Los trabajadores del metal tienen mayor probabilidad que el resto de la población de padecer un cáncer de vejiga, es algo que está plenamente corroborado por estudios con cohortes muy amplias, tanto en Europa como en EEUU.
En 2005, para estimar el cáncer laboral en España, usted consideró, en base a la literatura científica, que el 4% de la totalidad de los casos de cáncer tiene su origen en exposiciones laborales. Diez años después, ¿ese porcentaje sigue siendo válido para realizar estimaciones?
Sí. Recientemente Lesley Rushton y sus colaboradores han estudiado la incidencia del cáncer laboral en Inglaterra y han vuelto a obtener que un 4% de cánceres tiene su origen en exposiciones ocupacionales. Y es sorprendente, pues esperaríamos que con todo lo que se ha hecho en prevención ese porcentaje se hubiera reducido. Es verdad que los ingleses tienen mucha más exposición al amianto que nosotros porque lo utilizaron mucho más. Es cierto que el amianto todavía está ahí y que la latencia de los mesoteliomas y los cánceres de pulmón es muy larga y pueden estar manifestándose ahora. Sin embargo, lo que esperaríamos es que ese porcentaje se hubiera reducido adoptando medidas preventivas. La verdad es que con todo lo que sabemos sobre el cáncer laboral deberíamos poder prevenirlo mucho más.
                                                                  Más información en www.casmadrid.org

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